jueves, 1 de enero de 2015

¿EXISTE DIOS? Argumento a Partir del Diseño

¿EXISTE DIOS?
Argumento a Partir del Diseño

También llamado argumento Teleológico (la palabra griega telos quiere decir: fin, meta o propósito) o argumento del Plan, según Bertrand Russell. Es en realidad una subcategoría del argumento cosmológico (de la Creación o Causalidad). Enfoca la evidencia de armonía, orden y diseño en el universo, y argumenta que su diseño da evidencia de un propósito inteligente. Puesto que el universo parece estar diseñado con propósito, debe haber un Dios inteligente y con propósitos que lo creó para que funcione de esa manera.[1]

1.    Todo diseño implica un diseñador
2.    Hay un gran diseño en el universo
3.    Por lo tanto, debe haber un Gran Diseñador del universo

Conocemos la primera premisa por la experiencia. Los relojes implican relojeros; los edificios, arquitectos; las pinturas, pintores; los mensajes codificados suponen un emisor inteligente. Además, mientras mayor el diseño, mayor su Diseñador.

COMPLEJIDAD DEL DISEÑO
El diseño que captamos en el universo es complejo. El universo es un intrincado sistema de fuerzas que obran en conjunto para el beneficio integral del todo. La vida es un desarrollo muy complejo. Una sola molécula de ADN, lleva la misma información que un tomo de una enciclopedia. Nadie que vea una tirada en el bosque, dudaría en pensar que tuvo una causa inteligente.

OBJECIÓN
Algunos objetan este argumento basándose en el azar. Dicen que cuando se lanzan los dados, puede darse cualquier combinación. Sin embargo:

1.    La ciencia se basa en información repetida, no en el azar; por lo cual, esta objeción planteada al argumento del diseño no es científica.
2.    Aunque hubiera un argumento aleatorio, las probabilidades indican que es mucho más probable que haya un diseñador. Un científico calculó la probabilidad de que una sola célula animal surgiera por pura casualidad en 1 de 10 elevado a 40000. Las probabilidades de que un ser humano infinitamente más complejo que una célula  surja al azar son demasiado bajas para calcularlas.[2]

Una explosión gigantesca de la nada no podría considerarse con seriedad como el principio de todas las cosas. Tan pronto los científicos atribuyen poder instrumental al azar, han abandonado el dominio de la razón y el campo de la ciencia. Han recurrido a sacar conejos de sombreros y han apelado a la fantasía.

Sin Dios no existe una explicación viable para el universo. Tal cantidad de maravillas hermosas y complejas no pudo llegar a existir sin un Diseñador divino. Sin Dios, todos quedamos atrapados en la fórmula absurda del evolucionista: Nada multiplicado por nadie equivale a todo.[3]




[1] Grudem, W. (2007). Teología Sistemática. Miami, Florida: Editorial Vida.
[2] Geisler, N. (1995) Cuando los Escépticos Pregunten. Editorial Unilit.
[3] MacArthur, J. (2003). La Batalla por el Comienzo. Nashville, Tennessee: Editorial Portavoz.

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