DIJO SER JEHOVÁ (YAVÉ- YHWH)
YHWH
es el nombre revelado a Moisés, cuando Dios dijo: “YO SOY EL QUE SOY” (Éxodo
3:14). YHWH sólo se utilizaba para referirse al único Dios verdadero. Isaías
escribió: “Así dice Jehová: Yo soy el
primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios…” No es extraño
entonces, a la luz de esto, que los judíos tomaran piedras y acusaran a Jesús
de blasfemar cuando afirmó ser YHWH. Quizá la más fuerte expresión de Jesús
proclamando ser Jehová es “Antes que Abraham fuese, yo soy”
(Juan 8:58). Esta expresión proclama no sólo existir antes que Abraham, sino
igualdad con el “YO SOY” de Éxodo 3:14.
DIJO SER IGUAL A DIOS
No
solo asumió títulos de Deidad, sino que reclamó para sí mismo las prerrogativas
de Dios. A un paralítico le dijo: “Hijo, tus pecados te son perdonados”
(Marcos 2:5). Los escribas respondieron correctamente: “¿Quién puede perdonar los
pecados sino Dios?”. Otra prerrogativa que Jesús reclamó fue el poder
de levantar y juzgar a los muertos (Juan 5:25-29). También proclamó que quería
ser honrado como Dios; dijo que “todos
honren al Hijo como honran al Padre…” (Juan 5:23).
DIJO SER EL DIOS- MESÍAS
Cuando
Jesús afirmó ser el Mesías, estaba proclamando que era Dios. Por ejemplo, en
Isaías 9:6, se llama al Mesías “Dios fuerte, Padre eterno”. Salmos 110:1
registra una conversación entre el Padre y el Hijo: “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus
enemigos por estrado de tus pies”. Jesús se aplica este pasaje en Mateo
22:43-44. El Hijo del Hombre es llamado el “Anciano de días” en la gran profecía
mesiánica de Daniel 7:22. El título “Hijo del Hombre” fue la manera preferida de Jesús para referirse a
sí mismo, en clara alusión a este pasaje que citó directamente en su juicio
ante el sumo sacerdote, que preguntaba: “¿Eres
tú el Cristo, el Hijo del Dios Bendito?” “Y Jesús dijo: Yo soy; y veréis al
Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder del hijo de Dios…” Entonces
el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: “¿Qué más necesidad tenemos de testigos? Habéis oído la blasfemia”
(Marcos 14:61-64).
DIJO ACEPTAR ADORACIÓN
El
A.T. prohíbe adorar a alguien que no sea Dios (Éxodo 20:1-5; Deuteronomio 5:6-9). Pero
Jesús aceptó adoración en numeradas ocasiones. Un leproso sanado lo
adoró (Mateo 8:2), y un gobernante se arrodilló ante él (9:18). Un grupo de
mujeres cananitas (15:25), la madre de Santiago y Juan (20:20), el endemoniado
gadareno (Marcos 5:6), todos, adoraron a Jesús sin que Él emitiera una palabra
de reprensión. Esto solo podía hacerlo una Persona que se considerara
seriamente Dios.
DIJO TENER IGUAL AUTORIDAD QUE DIOS
Jesús
puso sus palabras a la par de las de Dios, como cuando repitió muchas veces: “Oísteis que fue dicho a los
antiguos…PERO YO OS DIGO” (Mateo 5:21:22). Dios le dio los diez
mandamientos a Moisés, pero Jesús dijo: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros” (Juan
13:34). Y, más adelante, refiriéndose a sus propias palabras, dijo: “Cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no
pasarán” (Mateo 24:35). Hablando de quienes lo rechazan, Jesús dijo: “La palabra que he hablado, ella le juzgará
el día postrero” (Juan 12:48).
DIJO QUE ORÁRAMOS EN SU NOMBRE
Cristo
quiso que su nombre fuera invocado en oración tanto ante Dios y como Dios. (Juan 14:13-14). Las reacciones de los
judíos que lo rodeaban muestran que entendieron claramente esas cosas, las
cuales calificaron de blasfemas puesto que las pronunciaba un simple hombre. Cualquier
observador desprejuiciado que estudie este registro de las enseñanzas de Jesús
debe concordar que Él proclamó ser igual al Dios del Antiguo Testamento.[1]
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